lunes, 6 de junio de 2016

Sociópata.




El dolor es insoportable. Una incansable marea de nerviosismo recorre mi cuerpo. Me paraliza el miedo. La constante inquietud de no saber qué es lo que va a ocurrir. Qué será lo que estará pensando. Cuál va a ser su siguiente movimiento. Necesito una estrategia, una vía de escape. No puedo estar enganchada al móvil mirando cada mensaje por si me escribe. Calma. Necesito calma. Respirar. Si me quería quitar de esta obsesión que lleva su nombre, este no fue un buen movimiento. 

No deberías aparecer en mi mente. Los recuerdos se acumulan como una pila de papeleo que tienes que terminar para el final del día. Pero no quiero ver. No quiero verte. Y sin embargo ahí estás. Espectacular. Cual diosa. Dios... 
Cuándo voy a parar de hacerme daño recordándote. Cuándo vas a parar de hacerme daño. 

Pareces feliz. Siempre lo pareciste. Sociópata manipuladora. Haces daño a la gente poniéndote la máscara de la víctima. Pobres inocentes aquellos que caen en tus redes. Permíteme salir de ese grupo ahora que se cayó la venda que tapaba tus mentiras. Qué pronto te descubrí. Tanto, que ni yo misma me lo creí. No puede ser que una persona esté tan falta de cariño que se atreva a manipular a los demás. No concebía tanta crueldad. Pero ahí estabas, llevando esa máscara de control y tranquilidad. No eras tú y te perdono por eso. Perdiste quien eras tras una relación demasiado tóxica. Te quemaste. No te culpo, no eres consciente. 

No estamos hechos para querer. 

Somos animales que urgen compañía. Nos importa una mierda lo que opinen los demás, siempre cuando tengamos un cuerpo desnudo que abrazar por la noche, unos hombros donde llorar y unos labios que besar si nos sentimos desdichados. Nos importan una mierda los sentimientos. 

El amor no existe.

domingo, 5 de junio de 2016

Por eso yo casi nunca digo "Te quiero"



¿Alguna vez os habéis enamorado? 

Una pregunta corta, con una larga respuesta. Bien, si la respuesta es afirmativa, os compadezco, pues, el amor duele. Mucho. Y el amor no debería doler, joder. Sin embargo, te das cuenta de que no es amor lo que estás viviendo sino, una relación tóxica.

Wow. Cuidado. Esas son palabras mayores. Pero es la verdad. Los celos son el primer síntoma de ello. Cuando tu pareja te empieza a reprochar con quién estás o con quién hablas tanto, deberías empezar a preocuparte. O viceversa. Que vemos la paja en el ojo ajeno.

El amor es complicado, por eso yo casi nunca digo "Te quiero". 

No es que no lo sienta o no quiera, es que una parte de mí le tiene terror al significado que esa palabra conlleva. Una vez que uno de los dos lo dice, ya no hay vuelta atrás. Ya se han descubierto los sentimientos y no hay ninguno escondido bajo la manga. Ahora sólo se trata de permanecer o huir.

Suelo optar por lo segundo. No le tengo miedo al compromiso pero, si llevas conociendo a alguien dos semanas y ya te lo dice... algo raro pasa ahí. Amiga, sospecha.

Acabo de salir de la relación más tóxica en la que he estado y me ha costado una semana en el hospital ingresada para darme cuenta. No sabía lo largos que se podían hacer los días ni que una noche pudiera soñar algo que no fuera ella. Ella. La aguja más dañina que pudo atravesar mi piel y envenenarme con su supuesto amor. Que me quería, decía. JÁ. No se puede querer a dos personas a la vez.

De todas formas, no le guardo rencor después de haberme robado la sonrisa ni tampoco después de haberme quitado mi libertad. No le guardo rencor por haberme dicho "te quiero" sin sentirlo ni por haberme engañado. Le guardo rencor por hacerme sentir culpable, por decirme que yo le utilicé y que le había tratado como una mierda. No trato de ponerle la etiqueta de la mala de la película. Esto es una forma de desahogarme al fin y al cabo.

Quiero concluir diciendo que no somos sabios en el amor, pero hay que aprender a diferenciarlo de lo que no lo es y si te hace daño... huye.