martes, 8 de diciembre de 2015

Limerencia.

La música habla
cuando las palabras no pueden,
cuando ellas callan.
Porque hay momentos que a veces
ellas sobran
y lo único que queda es sentir.

Porque tenemos canciones que escuchar
sintiéndonos la piel,
respirándonos,
acompasados.
Labios que versar,
o besar,
qué más da es lo mismo.

Sólo ven
y déjate vencer
esta noche
que sólo te quiero tener
bailando sobre mi desnudez.
Foto @vanesamartín_

Pregunta si te dejan ser libre conmigo.
Dime si quieres darme la mano y jamás soltarme
Cogiste carrerilla y ahora yo te hago volar.






domingo, 6 de diciembre de 2015

Rota.




Se levanta y sigue pensando que estás a su lado.
No siente nada, está rota.
Llora.

No
se da cuenta de que los gritos 
son imposibles no oírlos.

Pide ayuda, grita
pero nadie oye
los sollozos de una niña.

Sonrisa forzosa,
nudo en la garganta,
mirada vidriosa
no llores,
aguanta.

Respira el frío
que te congela,
pero en el que te sientes
                                                                                                                                                          viva.

Está tan cansada de luchar,
de aguantar,
seguir adelante por los demás.

¿A quién le toca ser el fuerte?
¿A quién le toca acunar la pena en sus brazos?
¿A quién le toca disimular el miedo?
¿A quién?
Dímelo,
prepárame para lo peor.

Hay una vacante en la felicidad,
cógela tú
yo no la necesito.

Sacaste lo mejor de mí
de la peor forma.
Estoy rota.



jueves, 3 de diciembre de 2015

Frío.

Se borró todo lo escrito.
Se olvidó todo lo dicho.
Se dejaron de sentir los besos,
los abrazos, las caricias.
Se dejó de escuchar tu respiración.
Se quitó tu sonrisa permanente.

Frío.
Mucho frío sin ti.

Quedarme dormida
en tu mesa
viéndote mirar
viéndote reír
viéndote llorar
disfrutar.
Viéndote...
y hoy no pude.

Qué injusto es no poder verte más.

Sigo sintiendo el frío.
Me he quedado sin mantas
y los pañuelos no secan mis lágrimas.

Hablabas de hermosura
sabiendo que caminas de su mano
y te agarras a mí para no caer.

A paso lento
se llega a cualquier lado
contigo.

Dame la llave,
que hoy duermo
contigo.

sábado, 31 de octubre de 2015

Lo intenté.

Abrázame,
que me tiemblan las piernas
y tengo miedo a caer.
Pero no me sueltes,
no me dejes.


Abrázame
fuerte, haz que me olvide de todo
y me acuerde de ti.
Rodéame con tus brazos
y acaríciame la piel,
con tus manos
bajo mi camisa.

Ni se te ocurra rozar mis heridas,
pero. por favor, hazme una nueva
y que deje cicatriz,
que estoy cansada de olvidarme de ti.

Primer beso.
No estuvo mal, he de reconocer,
pero, mi amor,
para la siguiente
acuérdate de morder...me.

Segundo beso.
No separes los labios
si no quieres que descubra tus secretos.

Tercer beso,
¿de verdad me quieres?

Cuarto beso.
Mira,
mejor lo dejamos.


Él.


-Quiero verte -susurró por el micrófono del teléfono.

Su interlocutor colgó inmediatamente después. Sin emitir ningún sonido, sin dar ninguna respuesta. El primero quedó enganchado al intermitente pitido del contestador. Sin saber qué hacer. Teniendo miedo incluso de respirar. 

-¿Quién era, mi amor? -preguntó una joven rubia, abrazándole por la espalda.
-Era él -tragó saliva- ha dicho que quiere verme.

La rubia se separó de él, asustada. Le temblaba la voz, pero aún así consiguió preguntar:
-¿Y tú?
-Yo, ¿qué?
-¿Quieres verle?

Pensó la respuesta antes de hablar.
-Creo que sí. Al igual que lees la segunda parte de una historia que creías acabada, sí. Es simple curiosidad. 

-La curiosidad mató al gato. 

-Tú y tus refranes -rió. A ella se le suavizó el rostro. Aquella expresión de preocupación parecía haberse esfumado. Momentáneamente, al menos. 

Aprovechó para acercarse a ella y besarle.

-Tú eres a quien quiero.

-Ahora.

-¿No te parece suficiente?

-No lo sé -sus ojos reflejaban una punzada de preocupación.

Se separaron. Cada uno en un rincón de la sala.

-No te preocupes, mi amor -abrió la puerta- volveré pronto.

Dicho esto, cerró. Dejándola sola en aquella habitación fría sin su calor.


Caminaba rápido por la calle, evitando mirar a nadie, pero sin poder evitar ser mirado. Sin duda llamaba la atención. Muchas mujeres, y hombres, se giraban para seguir observándole mientras caminaba. Le ponían enfermo. ¿Qué pensaban que conseguirían con sólo una mirada? De él, nada.

Llegó al piso. Aquel cubículo de tan pocos metros cuadrados en los que había vivido una de las historias de amor más bonitas de toda su vida. Llamó al timbre. Y más dolorosas. Suspiró, alejando todos los recuerdos. Pero duró poco. Nada más verle, volvieron otra vez a su memoria.

Se miraron. Cuánto tiempo había pasado.
Silencio.
Ni una palabra.
Él le miraba triste.
Él...
Nada.
No sentía nada.
Se empezó a reír.
No sentía nada. Volver a verle no le causaba las mismas sensaciones que anteriormente.
Qué ironía.
La risa se convirtió en llanto y corrió a refugiarse en los brazos de su antiguo amante.

-No sientes nada por mí, ¿verdad? -le intentaba consolar- Por eso lloras -El otro ni siquiera intentó contestar. Siguió llorando en su hombro. Agarrándose fuerte a él- Es triste, lo sé.

-¿Por qué querías verme?

-Para que me olvides de una vez y seas feliz con tu pareja.

-No puedo olvidarte. Nunca volveré a amar de la misma forma.

-Debes hacerlo porque... está embarazada.

domingo, 4 de octubre de 2015

Para ella.

Que la miren
Que la toquen
Que la bailen.

Que la huelan
Que la piensen
Que la sueñen.

Que la amen
Que la lloren
Y que les duela.

Porque por la noche
Ella llora
Pero no llora sola.
Ella llora
En mi hombro.

Yo la consuelo
Recogiendo cada lágrima,
Recordándola que,
para ella
Siempre habrá hueco en mi cama
Y una frase que la sonroje,
Una sonrisa triste tras un mar de lágrimas.

Para ella
Siempre habrá tiempo.
Para ella.
Siempre estaré yo.
Para ella.

martes, 29 de septiembre de 2015

Un beso robado.

Él la miraba, ella de reojo.
Se muerden el labio nerviosos.
Ella disimula, jugando con su pelo.
Él, distraído, mira a otros sin consuelo.
¿Estará pensando lo mismo que él?

Suben al mismo autobús,
casualidades de la vida.
Él entra primero y se sienta,
dejando hueco para ella.
Sin embargo, ella pasa de largo,
y se aleja de él.

Qué idiota fue, se lamenta él.
Cómo pensar que podría
sentir tan rápido como lo hizo él.
Sólo una mirada le bastó.
Una brisa que le envolvió
en su perfume.
Imaginarse la suavidad de sus labios.

No.
Iluso.
¿No sabes nada de ella y ya te enamoras?
Qué dolor tan profundo.
Idiota.

Mira los coches pasar.
Distraído.
Sin dejarse llevar por la necesidad
de darse la vuelta y mirarla.

El autobús se para.
Gente que entra y otra que baja.
Qué bonita metáfora.

De pronto una ráfaga de viento le devuelve su olor.
Cruel destino,
Qué maravilloso aroma.

Una mano en su pierna,
un cuerpo a su lado,
una mirada traviesa
y un beso robado.

Eso fue todo lo que quiso
y fue todo lo que obtuvo.
Después de ese momento
no supo nada más de ella.

Sólo recuerda su perfume
y aquel beso robado.

domingo, 13 de septiembre de 2015

Búscame.

Búscame como un día lo hice yo.
Hazlo en silencio,
sin que nadie te vea,
que solo el destino se dé cuenta
de lo mucho que me extrañas.

Mira en todas las calles
búscame en todas las ciudades,
en bibliotecas, cafeterías,
librerías, floristerías.

Búscame en los libros
que dejaste abandonados.
Búscame en los restos
del café de la mañana.
Búscame en los cigarrillos
a medio fumar,
en los besos nunca dados
o en la palabras nunca dichas.
Búscame en las caricias que debo
o en los sueños incumplidos.

Yo soy ese bostezo medio empezado
que te deja con la boca abierta
sin poder cerrarla.

Yo soy esa lágrima que se aferra a tu párpado.
            Yo soy ese suspiro cuando piensas en él.
                        Yo soy esa esquina que dejaste doblada al pasar página.
                                     Yo soy ese recuerdo que te hace sonreír.

Pensándolo mejor,
no me busques,
ya lo haré yo,
siempre se me dio mejor.





sábado, 12 de septiembre de 2015

Juega.

Y sé que no debería tener esperanzas
pero tú me dejaste ciega,
¿en qué momento me apunté a esta matanza?

Esperando que cambiaras
pero tú juega,
juega con este corazón
que entero te quiso
para él solo
y tú lo dejaste tirado
en la fría carretera.

martes, 8 de septiembre de 2015

4 días.

4 días de ausencia
De tu presencia.

Ya no noto que mueren mis labios sin besarte,
Ni mis manos sin tocarte.
Ahora solo quiero no olvidarte.

Y guardar tu recuerdo en mi memoria
Sin dejarlo formar parte de otra historia.



Sólo te pido

Que no me dejes olvidarte.

lunes, 24 de agosto de 2015

Miente...

Miente si te preguntan por nosotros.
Miente si te preguntan por mí
No les digas lo que sentías
No les cuentes lo que sentí.


Nadie tiene derecho a saberlo
Hasta que acabe la historia
Esta eterna historia
Sin ningún fin.


Un cuento antes de dormir
Que aún nos conmueve
Que aún nos remueve
Y nos deja huir
A un refugio
Exento de peligros
De dudas, de misterios
De sorpresas o mareos
Libre y con esperanza
Y una alegría
Que te llena el alma.

Miente si te preguntan por nosotros
Porque ellos no entenderán
Que nos quisimos más
Que a ellos.



jueves, 23 de julio de 2015

Sabes bien...

Sabes bien que siempre serás la primera. 


Sabes bien que jamás me enamoré
de tal forma y que
jamás lo volveré a hacer.


Sabes que nadie te hará mas feliz que yo.
Sabes que nadie te amará nunca como yo.

Buscas en otras bocas mis besos,
sin llegar a comprender que
siempre serán tuyos
mis desayunos,
mis comidas y mis cenas.


Mis deseos y amarguras. 


Mi sol y mi luna.


Mis noches furtivas
de sábanas frías
Y bebidas esquivas.


Mi ruido silencioso
Y mi silencio ruidoso.


Mis llantos de alegría
Y mis sonrisas frías.


Nadie me duele como tú
Ni me cura tan rápido.
Porque no me importa
si tú me dueles
Mientras me sigas curando
Como solo tú puedes.

viernes, 3 de julio de 2015

El baile.

Me he dado cuenta de que la vida es como un baile cargado de emociones; de miedos, por temor a pisar a la otra persona, de sonrisas furtivas entre pasos y sobre todo de pasión en las miradas.

Al igual que en un baile, tienes a tu alrededor a gente que sigue tus pasos, otros que se tropiezan contigo y otros que bailan junto a ti. Es entonces cuando tus movimientos se armonizan con los de tu pareja. En este momento estais ante dos tesituras: la primera es que creéis un baile tan perfecto que no quieras bailar con nadie más, corriendo el riesgo de perder tus propios pasos para adaptarte a los suyos. La segunda es que aunque lo intentéis, no seáis capaces de evitar pisaros, por lo que no os queda más remedio que separaros y evitar seguir haciéndoos daño.

Habiendo dicho esto, saliendo ya de la bonita comparación de la vida como un baile, quiero deciros una cosa. Las personas vienen y van. Entran en tu vida con la fuerza de un fusil y te desordenan todo, para luego marcharse y cerrar la puerta para siempre, o bien van abriendo poco a poco la puerta y te piden permiso desde el umbral para entrar. En ambos casos, son individuos que buscan en otros aquello que más añoran: el amor.

Lo que quiero decir es que hay gente que te marcará de por vida, que será difícil olvidar o que quizá nunca lo hagas. Quizá si te la vuelves a encontrar todos los sentimientos choquen contra tí de golpe y vuelvas a sentir. Otras muchas personas las olvidarás y otras no te olvidarán a ti.

No intentes amarrarte a una historia acabada, o peor aún, nunca empezada. No busques a tu príncipe azul, porque quizá sea morado o rosa. No tengas expectativas. Déjate querer y déjate enamorar, pero nunca intentes forzar a otra persona a enamorarse de ti, por mucho que tú sientas que estáis destinados.

Gracias por leerme

viernes, 29 de mayo de 2015

La Luna.




Hoy te miro y estás más guapa que nunca.
Esta noche tus ojos brillan
y tu sonrisa se vislumbra
más luminosa.
Otra noche que paso,
observando la Luna.

Tu tez pálida, 
suave,
como de porcelana,
y llena de marcas maduras.
Tus labios reclaman un beso lento,
y tu cuerpo, 
un lento baile. 
Otra noche que paso
observando la Luna.

Ojalá pudiera ver 
contigo cada amanecer.
Ojalá pudiera apreciar 
la belleza fugaz que tú observas
desde tu lugar.
Yo quiero vivir contigo
y cerrar los ojos en tu ombligo
sabiendo que no hay nada más bello
que tú, aquí, conmigo.

Sueño cada noche
que me arropas.
Me das un beso de buenas noches
con esos labios desgastados
de tanta historia.

Tenía miedo a quedarme a oscuras.
Tenía miedo a quedarme sola, 
con mis dudas.
Eso no pasará, porque
otra noche que paso
observando la Luna.


La ventana.

Esa ventana
era su única escapatoria
la miraba por la mañana
y cada segundo
quedaba grabado
en su memoria.

Los pájaros la veían,
triste y abandonada,
en aquel rincón oscuro
tras aquella ventana.

Su cuerpo pedía salir.
Su cuerpo pedía sentir,
gritar, llorar y reír
como nunca antes lo había hecho.

Sin embargo quería morir
agotada, intranquila,
sentía que su vida
se escapaba entre sus años de juventud.

Lloraba nerviosa
tras el cristal de la ventana
quería que alguien
se acercara y la salvara.

Un día decidió escapar.
A pesar de todas las trampas,
consiguió salir de aquel horrible lugar.
Y vio el mundo,
por primera vez,
sin estar tras esa ventana.

Qué repulsivo y tétrico mundo,
el de ahí fuera.
Sus habitantes pasean moribundos
enganchados a la comodidad de la rutina.
Viendo pasar la vida,
sin que nada les llame la atención.

Ni siquiera la vieron pasar a ella
Ni siquiera vieron a la joven que,
alucinada,
pasaba entre ellos
con miedo a tocarles
por si se disolvían.
Parecían hechos de polvo.
Grises y sin brillo.
Tristes y sin juicio.

Decidió, pues,
volver a su ventana,
aquel lugar que le hacía
percibir el mundo triste y dolorido
con más color y alegría.


jueves, 28 de mayo de 2015

Su musa.


Sonreía a los pies de su cama
seguía dormida,
pero pensaba en aquel día.
Recordaba estar tocando su preciada guitarra,
acariciando las cuerdas con la mayor delicadeza,
creando una bella melodía.
De pronto su voz irrumpía 
y rompía
sus esquemas.
Sentimientos a flor de piel,
sus manos temblaban pero su voz sonaba firme.
Su musa, su droga.
Enganchada como un oso a la miel.



Nunca en la historia se había dado el caso
de aquel amor confeso. 
Dicen que todas las historias
comienzan con un beso,
pero esta comenzó antes.
Comenzó con la primera mirada,
el primer acorde que hizo que sus ojos se encontraran.
La sonrisa posterior y el latido de su corazón,
perteneciente a la otra persona.

Desconocía que tantos sentimientos 
se pudieran sentir a la vez.
Solo su musa era capaz de provocarla.
Hasta entonces había sido como un pez,
nadando libre, sin ataduras,
conociendo lugares nuevos,
mareándose en las curvas.
Hasta que la vio.
¿Saben eso que dicen del amor a primera vista?
Eso es mentira,
pero con ella le pasó eso,
o algo parecido. 
Sintió que su vida por fin había encontrado su curso
que las letras de sus canciones por fin tenían su musa,
y que no se iba a separar de ella.

Sintió tantas cosas imposibles de describir,
que las escribió todas en una canción,
tenía tanto que decir,
que al final, todo se le olvidó
y en su lugar, quedó un silencio incómodo.

Todo se volvió negro,
de pronto, sus letras no las sentía.
No necesitaba su presencia.
No le dolía,
su ausencia.
Mi
er
da.

¿Sabes? es curioso el momento,
que decides cortar con todo
Olvidar lo vivido,
o intentarlo,
y soñar con otro.

Ya solo en su cuaderno
quedan los restos
de un verano pequeño
escondido en sus pensamientos.

Ya solo en su cuaderno
quedan los garabatos,
el desconcierto de su corazón
y lo sincero de sus sentimientos.

Ya solo en su cuaderno
quedan todas las palabras
que no le pudo decir a tiempo.

miércoles, 27 de mayo de 2015

Relato Corto: Sentir

















Hay veces en que es mejor la ficción que la realidad.
Historias que son capaces de quemarte por dentro y hacerte vivir cosas que quizá nunca vayas a vivir. Pueden ponerte en la piel de otra persona. Pueden hacer que cambies tu forma de ver el mundo. De vivir aventuras jamás imaginadas. Rescatar a princesas de sus dragones o luchar en batallas contra ejércitos invencibles y dragones escupe-fuego. Incluso pueden hacerte viajar a lugares recónditos del mundo o a mundos imaginarios. Conocer distintas tradiciones, culturas, sin moverte de tu cómodo sillón, siempre acompañado de una taza de café o chocolate caliente.




Hay veces en que las palabras duelen. 
Veces en las que sientes que con cada letra te vas hundiendo poco a poco. Oyes tu corazón desgarrarse y sientes tu pecho vacío. Sientes cómo cada letra se clava en tu piel y provoca un fino hilo de sangre. Agujereada. Utilizada. Engañada. Perdida. Confusa. Los adjetivos flotan en tu cabeza. Intentas recomponer tu vida, pero esas palabras no se van de tu mente. Son como un maldito tatuaje sin ningún sentido hecho en una noche de locuras. Quieres quitártelo aunque tengas que arrancarte la piel. Otras veces las palabras son las que nos alegran. Las que nos sacan esa sonrisa tonta que no se nos quita en todo el día. Las escribes por todos lados para recordarlas siempre. Sonríes cada vez que alguien dice una palabra de las tuyas. Son bonitas, no puedes evitarlo.


Pero siempre nos hacen sentir algo.

Sentir... bonita palabra.



Hay veces en que las palabras hacen que nos acordemos de momentos vividos, guardados en el baúl de nuestros recuerdos, para sacarlos todos a la vez.

Es curioso el momento en el cual las palabras sobran. Capaces de provocar tantas emociones, de vivir tantas historias o de evocar recuerdos hasta entonces olvidados. Pero llega un momento en que no son necesarias puesto que son incapaces de describir lo que ocurre en el momento en que dos corazones se miran. El momento en el que solo una mirada es capaz de decir mil palabras, de provocar miles de emociones, de vivir miles de historias o de evocar miles de recuerdos. EL momento en el que te ves reflejada en sus ojos. Ojos que podrías mirar eternamente.

Es en ese momento, cuando las palabras sobran e incluso los grandes escritores se quedan sin ellas, cuando lo único que puedes hacer es callar y dejarte llevar.



martes, 26 de mayo de 2015

Querida locura.


Querida locura:


Esta es mi carta de despedida a ti, mi amor fugaz. Escribo para contarte que hace unos días que ocurrió. Cogí el valor suficiente para decirte lo que sentía. Para explicarte que mi corazón se había vuelto loco. Loco por ti. Latía velozmente cuando aparecías y, tengo que reconocerlo, no te ibas de mi mente. Aparecías en lo peores momentos, pero me provocabas una sonrisa que no se me iba.


Esta carta es para explicarte que nunca llegué a descubrir la razón de mi locura por ti. Creo que en conjunto eres tú. Tu sonrisa, tus ojos, tus labios, tu risa nerviosa, tu cuerpo. Tu forma de sentir, tus abrazos, tus caricias. En fin, tú.

Nunca había escrito una carta. Sabes que tampoco soy muy romántica, pero creo que la fecha lo merece. Recuerda este día. Es el día en que me olvidé de ti. No olvidar de olvidar completamente, sino olvidar de mi rincón de los deseos. Borrada, mi pequeña agonía.

No sé si esto fue una especie de castigo. Una especie de penitencia que tenía que cumplir. Creo que ya la he pasado. Has jugado con mi corazón. No digo conmigo porque lo único que te "pertenecía", en cierto modo, era mi corazón, ya que fue él el que se enamoró de ti. No mis manos, ni mis labios, ni mis piernas, ni mis brazos... ni siquiera mi mente. Fue solo mi corazón. Es por esto por lo que no he entendido nunca la razón de por qué esta locura. Es por esto por lo que siempre he sentido que lo nuestro era imposible. Quizá sea por esto por lo que tanto me ha afectado. Creo que el hecho de no tenerte cerca hace que sea incapaz de alejarte de mí. No estás físicamente a mi lado, por lo que eres como una percepción mental que conforme pasan los días se va distorsionando más. Creo que por eso es difícil olvidarte, porque estás en mi mente. No sé si ya eres una creación mía. Si con el paso del tiempo te he ido amoldando y cambiando para crear un ideal incapaz de olvidar. Sé que eres real pero, ¿quién eres realmente? No te conozco. Eres una persona desconocida para mí. Un misterio que jamás podré resolver.

No te guardo rencor a pesar de, como he dicho antes, haber jugado con mi corazón. Has sido de gran utilidad. Me has enseñado los peligros de amar ciegamente a una persona.

Soy una tonta por estar escribiendo esta carta. Sé que tú no la vas a leer y sé que las personas que la lean no les importará. Pero quiero que esta carta sirva de recordatorio de lo que puede pasar. Quiero que sepáis lo ciega que estuve al no haberlo visto antes. Al no darme cuenta de lo que mi corazón chillaba desde su cueva.

Quiero que esta carta sirva como lección para vosotros. Quiero que sepáis escuchar a vuestro corazón para que no os pase lo que me pasó a mí. Para que no sufráis tanto como yo.

Este es el fin de esta carta pero no de mis sentimientos hacia a ti. Sabes que los sentimientos no se van de un día para otro y sabes perfectamente que, algo tan intenso, nunca se olvida. Porque esto fue tan intenso como el café que tengo ahora entre mis manos.

Te deseo toda la suerte del mundo y que encuentres a la persona adecuada a ti. A la persona que te llegue...

Gracias por todo, mi querida locura.







lunes, 25 de mayo de 2015

Relato Corto: Diátesis mórbida


Si te vas y me dejas, llévate este dolor que me quema el pecho. 
Llévate el recuerdo de tu presencia que atormenta mis noches.
Llévate tu aroma impregnado en mi piel.
Llévate mi existencia, porque sin ti, yo no soy nada. 
Llévate mis ojos. No los quiero si no puedo volver a verte.
Llévate mi boca. No la quiero si no puedo besarte.
Llévate mi corazón, porque hace tiempo que dejó de latir.





No quiero tus falsas esperanzas ni tus mentiras. No quiero que me sigas hablando. No quiero que sigas en mi vida porque se me hace muy difícil no pensarte.



No te vayas. No me dejes. ¿Por qué no es suficiente mi corazón? Te ofrezco todo lo que soy, todo lo que me importa. No tengo nada más. ¿Qué más quieres?



Déjame aquí y márchate. Vete de mi vida y no vuelvas.



No te vayas. Quédate conmigo. No soy nada sin ti.


Para qué tanto esfuerzo.
Para qué tantas noches en vela.
Para qué tantas palabras, que ahora vacías, flotan en el aire.
Para qué tantas lágrimas perdidas.
Para qué tantos momentos de rabia. Para qué tantas historias inventadas. Para qué tantos enfados.
Para qué tantas risas.
Para qué tantos sentimientos.
Para qué tantas canciones con nuestra historia.
ambos finales de nuestra historia
y ambos eran perfectos
porque tú estabas conmigo


Para qué, si no estás conmigo.



Hoy he soñado contigo 
ambos finales de nuestra historia
y ambos eran perfectos
porque tú estabas conmigo.

Hoy he soñado contigo...

¿Por qué la gente busca desesperada el amor? ¿No saben que el amor duele? Se entristecen al ver que no encuentran a su media naranja. Desconocen que el mayor dolor solo te lo puede causar aquella persona que amas. Es mejor amarse solo a uno mismo.

Provocas mil sensaciones en un segundo. Solo contigo mis manos tiemblan... y me siento viva de nuevo. 

Te odio.


Te quiero.


domingo, 24 de mayo de 2015

Relato corto: Su droga.

Primer día de silencio;
No dejo de pensarte
aunque quiero olvidarte.

¿Cómo se pone punto final a una historia que no tiene ni un capítulo? Por no tener no tiene ni título. Es tan triste esta historia que solo tiene un personaje. Un personaje aburrido, perdido, enganchado a una droga. Tú.

Este personaje no para de imaginar, de soñar despierto. Observa a las parejas y se imagina una vida contigo. Inocente... Solo tú eras capaz de darle esperanzas para luego quitárselas. Vive en un continuo mareo. En una montaña rusa de emociones. Porque solo tú eras capaz de provocar tales sensaciones.

Segundo día de silencio;
No fuiste lo primero en lo que pensé al despertarme,
pero sí lo único en lo que pienso cuando estoy despierta.

Este personaje sigue enganchado a su pequeña droga. A pesar de que lo que más desea en este mundo es alejarse de su adicción, no puede vivir sin ella, sin su droga. Con ella todo es más bonito. La vida tiene sentido. Cierra los ojos cada vez que la necesita, cada vez que siente el impulso de volver a probarla. No la necesitas, recuerda. 
Pensativo, pero sin pensar en nada, deambula por la calle buscando un roce. Un roce que devuelva el color a su gris vida.

Eres como las últimas gotas del rocío
que permanecen imborrables
en los pétalos de las rosas
o en las memorias de sus amantes.


Has sido un maldito rompecabezas. No sabía por qué, pero no lograba descubrir tu secreto. Tan atrayente. Indescifrable. Pero he logrado descubrirlo. Es por tu manera de sentir, tu forma de sonreír y tus ganas de vivir.

Prometo que no volveré a molestrarte
prometo que no volveré a imaginarte, 
de veras quiero olvidarte, 
si tan solo pudieras quedarte...

Continuamos la historia de este pequeño personaje, que llora triste por no tener a su amada. Él solo la quería con todo su corazón y a ella no le parecía suficiente... Hay veces que un solo corazón no es suficiente.



Relato Corto: Memorias de una escritora.

Esto es un texto que publiqué hace unos años en un blog que compartía con unas amigas. Ellas siguen escribiendo allí, pero yo hace tiempo que necesitaba un cambio. Buscar mi lugar, y esas cosas que suele decir la gente. Necesitaba un sitio propio, algo más íntimo, donde poder ser yo misma y decir cualquier cosa.
 Aquí os dejo el relato:




Memorias de una escritora.

Mis dedos se deslizan por el teclado del ordenador al igual que un músico cuando toca el piano. Parándome a pensar, no hay mucha diferencia entre lo que ellos hacen y lo que yo hago. Crean belleza juntando diversas notas musicales, diversas acordes, que quedan suspendidos en el aire. Yo, por mi parte, creo belleza juntando letras, palabras, espacios...

Hoy me ha visitado mi inspiración. Hacía mucho que no venía y tenía miedo de que se hubiera ido para siempre. Vivía en un vació existencial. Un silencio a gritos, deseando escribir algo. Cuando ella me visita, mi mente crea historias más rápido de lo que mis dedos pueden escribir y, muchas veces, me olvido de lo que tenía que poner. Cuando ella viene a mí, mis dedos y mi mente trabajan en armonía y no hay quien me pare hasta que la historia está resuelta o a mis personajes ya no les quedan ganas de vivir. En ese momento, es cuando decido que les debo dar una tregua. Descansar la vista, los dedos, en fin, el cuerpo. Ahí es cuando decido que debo de tomarme un descanso e ir a por algo de comer. El chocolate siempre ayuda. En el camino, mi mente no deja de crear hermosas historias que van desapareciendo conforme me acerco al ordenador. Parece como si éste fuera una especie de repelente contra buenas historias. Como si las historias de mi mente fueran hojas, acumuladas en un montón, que se vuelan porque a su lado hay una ventana abierta. 

No suelo acabar muchas historias. Opino, que a las historias no se les debe de poner un final. Debe ser el lector quien imagine un final para esos personajes, porque, la mayoría de las veces, cuando le pones un final a un relato, al lector no le gusta ese final. Si, por ejemplo, matas al protagonista, te preguntan: “¿Por qué has matado al protagonista?” o te dicen “el protagonista es el único que no puede morir”. Pues bien, a éstos yo les respondo que creen una historia en la que el protagonista no muera al final, y si tiene éxito, que continúen. Cuando ya llevan varios relatos, le quieren matar.


Siempre llevo un cuaderno conmigo porque la inspiración, mi querida perdición, me visita cuando quiere. Por ejemplo, un día, estaba corriendo y se me ocurrió que mi personaje podría encontrar el amor en un parque mientras corre (soy muy original, lo sé), y que esta pareja podría quedar para hacer footing, en vez de ir a un restaurante a quedar mal porque no saben cómo comer en un sitio romántico. Pero en ese momento, no tenía nada para apuntarlo y cuando llegué al ordenador, cuando me senté a escribir todo lo que había imaginado mientras corría, todo se desvaneció. Observé durante una hora la barra intermitente del documento de Word intentando que volviera la historia tan romántica de cómo dos amantes, dos almas gemelas, se habían encontrado por fin. Pero no ocurrió, esa historia permanecerá suspendida, en como digo yo: “Mi rincón de historias olvidadas y nunca recordadas”. Maldito rincón, si encontrara el camino para llegar hasta allí, crearía miles de historias, pero lamentablemente, no sé dónde está, ni sé cómo ir.


Así que aquí estoy, escribiendo en medio de un “orgasmo de inspiración", como a mí me gusta llamarlo, mientras mis dedos flotan tocando suavemente cada tecla, creando, nuevamente, una historia que puede ser de amor, misterio, miedo, drama… En fin, todos los temas que mi cerebro creador pueda abarcar en una historia.  Hasta que poco a poco, mi cerebro deje de inventar historias. Hasta que mi bella inspiración se marche, cerrando la puerta al salir, dejándome tirada, suplicando cuándo volverá. Hasta que poco a poco, mis dedos se vayan parando y ponga un punto y final. 


Hasta aquí el relato. Espero que os haya gustado. Si queréis visitar el otro blog, os dejo el link. http://dimeaquehuelenlasnubes.blogspot.com.es/

Os dejo que se me enfría el café.

Bienvenidos.

¡Bienvenidos a mi blog!

En esta primera entrada os explicaré cuál es mi idea para este blog. Pero primero os voy a contar la historia de cómo se me ocurrió. 

Últimamente estoy pasando por una época de muchos cambios (y los que me quedan). Tengo que reconocer que estoy creciendo como persona y, debido a todos estos cambios, concibo la vida de otra manera. Ya no salgo a la calle, me pongo los cascos y miro la vida pasar. Ahora la veo diferente. Disfruto de cada momento que vivo, huelo el aroma de las flores, oigo el sonido de la rutina, acaricio cada pared, diferenciando las diferentes texturas. Pensaréis que estoy loca. Puede ser, pero me encanta. 

Siempre me he encerrado en mi mundo. Pensando en mil cosas y, a la vez, en nada. Tengo buena imaginación y hay gente que dice que escribo bien, así que, ¿por qué no empezar un blog donde escriba todo lo que se me ocurre? La verdad es que ya no me quedan cuadernos vacíos... Siempre he necesitado un lugar donde desahogarme. Normalmente era Twitter, pero no entran en tan solo 140 caracteres todo lo que siento. Ya veréis que pienso demasiado en banalidades. Pero yo soy así. 

Quiero que este blog, este pequeño rincón de mí donde expondré todo lo que siento y pienso, sea algo íntimo. Un trocito de mi ser que yo comparta con vosotros y que se quede así. Que nadie más sea partícipe de lo que aquí pasa. Egoísta...

Tengo miedo a abandonarlo. Tengo miedo a olvidarlo y que se quede flotando, junto a otros blogs, perdidos en la web. Espero que no pase. Deseo, que no pase.

Resumiendo, este será mi pequeño rincón donde publicaré relatos cortos, poemas, historias... o hablar de cualquier cosa.
Tengo ganas de ver las historias que se me ocurren porque, nunca sé lo siguiente que voy a escribir.