domingo, 27 de noviembre de 2016

Ramo de flores.





Si pudiera describir todo lo que pienso y todo lo que siento, no estaría escribiendo esto. Pues la única forma que tengo para conocerme, es escribiendo. Suena raro, lo sé, pero así soy yo.

No voy a decirte todo, me guardaré cosas para mí, porque siempre te gustó ese aura mío tan enigmático... No sabes que contigo nunca me guardé nada. Todo lo mío fue tuyo sin darme cuenta y sin pensarlo, quizá incluso sin quererlo. Pero qué le voy a hacer, ya es tarde para arrepentirse.

Tengo miedo. Lo confieso. Miedo de volverte a perder y miedo por tenerte de nuevo. No sé a qué atenerme. Contigo nunca supe qué iba a ocurrir. Siempre fuiste tú quien llevaste las riendas de esto, quien poco a poco fue construyendo lo que yo en su día derrumbé con flechas incendiadas por palabras.

Derrumbé aquel muro que nos separaba de la realidad y todo por miedo a que tú fueras mi realidad. 

Sabes tan bien como yo que por mucho que arriesgues tu vida intentando salvarnos, nos vamos a hundir. Por muy fuerte que seas, no vas a ser capaz de sostener mi mano mientras cuelgo del precipicio. 

Llegó la batalla final y tan sólo tengo un ramo de flores.


Amor dolido.






No podemos seguir así.
Yo recordándote y
Tú olvidándome.

No quiero seguir buscándote
En un mar donde hace tiempo,
me ahogué.
No quiero seguir escribiéndote,
Intentando borrar con poemas,
Ahogar en botellas,
Quemar en aceras,
Lo que eras para mí.

Me niego a seguir recordándote.

Mientras yo seguía escribiendo
Tú dejabas abandonado el libro,
En cualquier estantería.
Y cuando yo creí haber escrito el final
Tú viniste queriendo continuar
Nuestro bonito amor dolido.

Que no,
Que no quiero seguir así,
Yo olvidándote
y tú recordándome.