martes, 26 de mayo de 2015

Querida locura.


Querida locura:


Esta es mi carta de despedida a ti, mi amor fugaz. Escribo para contarte que hace unos días que ocurrió. Cogí el valor suficiente para decirte lo que sentía. Para explicarte que mi corazón se había vuelto loco. Loco por ti. Latía velozmente cuando aparecías y, tengo que reconocerlo, no te ibas de mi mente. Aparecías en lo peores momentos, pero me provocabas una sonrisa que no se me iba.


Esta carta es para explicarte que nunca llegué a descubrir la razón de mi locura por ti. Creo que en conjunto eres tú. Tu sonrisa, tus ojos, tus labios, tu risa nerviosa, tu cuerpo. Tu forma de sentir, tus abrazos, tus caricias. En fin, tú.

Nunca había escrito una carta. Sabes que tampoco soy muy romántica, pero creo que la fecha lo merece. Recuerda este día. Es el día en que me olvidé de ti. No olvidar de olvidar completamente, sino olvidar de mi rincón de los deseos. Borrada, mi pequeña agonía.

No sé si esto fue una especie de castigo. Una especie de penitencia que tenía que cumplir. Creo que ya la he pasado. Has jugado con mi corazón. No digo conmigo porque lo único que te "pertenecía", en cierto modo, era mi corazón, ya que fue él el que se enamoró de ti. No mis manos, ni mis labios, ni mis piernas, ni mis brazos... ni siquiera mi mente. Fue solo mi corazón. Es por esto por lo que no he entendido nunca la razón de por qué esta locura. Es por esto por lo que siempre he sentido que lo nuestro era imposible. Quizá sea por esto por lo que tanto me ha afectado. Creo que el hecho de no tenerte cerca hace que sea incapaz de alejarte de mí. No estás físicamente a mi lado, por lo que eres como una percepción mental que conforme pasan los días se va distorsionando más. Creo que por eso es difícil olvidarte, porque estás en mi mente. No sé si ya eres una creación mía. Si con el paso del tiempo te he ido amoldando y cambiando para crear un ideal incapaz de olvidar. Sé que eres real pero, ¿quién eres realmente? No te conozco. Eres una persona desconocida para mí. Un misterio que jamás podré resolver.

No te guardo rencor a pesar de, como he dicho antes, haber jugado con mi corazón. Has sido de gran utilidad. Me has enseñado los peligros de amar ciegamente a una persona.

Soy una tonta por estar escribiendo esta carta. Sé que tú no la vas a leer y sé que las personas que la lean no les importará. Pero quiero que esta carta sirva de recordatorio de lo que puede pasar. Quiero que sepáis lo ciega que estuve al no haberlo visto antes. Al no darme cuenta de lo que mi corazón chillaba desde su cueva.

Quiero que esta carta sirva como lección para vosotros. Quiero que sepáis escuchar a vuestro corazón para que no os pase lo que me pasó a mí. Para que no sufráis tanto como yo.

Este es el fin de esta carta pero no de mis sentimientos hacia a ti. Sabes que los sentimientos no se van de un día para otro y sabes perfectamente que, algo tan intenso, nunca se olvida. Porque esto fue tan intenso como el café que tengo ahora entre mis manos.

Te deseo toda la suerte del mundo y que encuentres a la persona adecuada a ti. A la persona que te llegue...

Gracias por todo, mi querida locura.







No hay comentarios:

Publicar un comentario