domingo, 24 de mayo de 2015

Relato Corto: Memorias de una escritora.

Esto es un texto que publiqué hace unos años en un blog que compartía con unas amigas. Ellas siguen escribiendo allí, pero yo hace tiempo que necesitaba un cambio. Buscar mi lugar, y esas cosas que suele decir la gente. Necesitaba un sitio propio, algo más íntimo, donde poder ser yo misma y decir cualquier cosa.
 Aquí os dejo el relato:




Memorias de una escritora.

Mis dedos se deslizan por el teclado del ordenador al igual que un músico cuando toca el piano. Parándome a pensar, no hay mucha diferencia entre lo que ellos hacen y lo que yo hago. Crean belleza juntando diversas notas musicales, diversas acordes, que quedan suspendidos en el aire. Yo, por mi parte, creo belleza juntando letras, palabras, espacios...

Hoy me ha visitado mi inspiración. Hacía mucho que no venía y tenía miedo de que se hubiera ido para siempre. Vivía en un vació existencial. Un silencio a gritos, deseando escribir algo. Cuando ella me visita, mi mente crea historias más rápido de lo que mis dedos pueden escribir y, muchas veces, me olvido de lo que tenía que poner. Cuando ella viene a mí, mis dedos y mi mente trabajan en armonía y no hay quien me pare hasta que la historia está resuelta o a mis personajes ya no les quedan ganas de vivir. En ese momento, es cuando decido que les debo dar una tregua. Descansar la vista, los dedos, en fin, el cuerpo. Ahí es cuando decido que debo de tomarme un descanso e ir a por algo de comer. El chocolate siempre ayuda. En el camino, mi mente no deja de crear hermosas historias que van desapareciendo conforme me acerco al ordenador. Parece como si éste fuera una especie de repelente contra buenas historias. Como si las historias de mi mente fueran hojas, acumuladas en un montón, que se vuelan porque a su lado hay una ventana abierta. 

No suelo acabar muchas historias. Opino, que a las historias no se les debe de poner un final. Debe ser el lector quien imagine un final para esos personajes, porque, la mayoría de las veces, cuando le pones un final a un relato, al lector no le gusta ese final. Si, por ejemplo, matas al protagonista, te preguntan: “¿Por qué has matado al protagonista?” o te dicen “el protagonista es el único que no puede morir”. Pues bien, a éstos yo les respondo que creen una historia en la que el protagonista no muera al final, y si tiene éxito, que continúen. Cuando ya llevan varios relatos, le quieren matar.


Siempre llevo un cuaderno conmigo porque la inspiración, mi querida perdición, me visita cuando quiere. Por ejemplo, un día, estaba corriendo y se me ocurrió que mi personaje podría encontrar el amor en un parque mientras corre (soy muy original, lo sé), y que esta pareja podría quedar para hacer footing, en vez de ir a un restaurante a quedar mal porque no saben cómo comer en un sitio romántico. Pero en ese momento, no tenía nada para apuntarlo y cuando llegué al ordenador, cuando me senté a escribir todo lo que había imaginado mientras corría, todo se desvaneció. Observé durante una hora la barra intermitente del documento de Word intentando que volviera la historia tan romántica de cómo dos amantes, dos almas gemelas, se habían encontrado por fin. Pero no ocurrió, esa historia permanecerá suspendida, en como digo yo: “Mi rincón de historias olvidadas y nunca recordadas”. Maldito rincón, si encontrara el camino para llegar hasta allí, crearía miles de historias, pero lamentablemente, no sé dónde está, ni sé cómo ir.


Así que aquí estoy, escribiendo en medio de un “orgasmo de inspiración", como a mí me gusta llamarlo, mientras mis dedos flotan tocando suavemente cada tecla, creando, nuevamente, una historia que puede ser de amor, misterio, miedo, drama… En fin, todos los temas que mi cerebro creador pueda abarcar en una historia.  Hasta que poco a poco, mi cerebro deje de inventar historias. Hasta que mi bella inspiración se marche, cerrando la puerta al salir, dejándome tirada, suplicando cuándo volverá. Hasta que poco a poco, mis dedos se vayan parando y ponga un punto y final. 


Hasta aquí el relato. Espero que os haya gustado. Si queréis visitar el otro blog, os dejo el link. http://dimeaquehuelenlasnubes.blogspot.com.es/

Os dejo que se me enfría el café.

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